26 enero 2010

Versos y cuentos recurrentes

versos y cuentos
recurrentes
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suasnávar
a mis hijos
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a la memoria de Catalina Álvarez.
"en eso quedamos..."
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edición impresa en julio de 1980 en los talleres del CREA.

Nota: estos versos fueron escritos bajo el concepto de la escritura automática. se imprimieron tal y como nacieron de un solo impulso en una sola emisión. en consecuencia no tuvieron correción alguna ni tiempo para leerlos en perspectiva, adolescerán de técnica y forma literaria no obstante contienen el vértigo de la emoción tal y como se pare.


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a manera de presentación.
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nací en el centro de la ciudad de méxico en el año de 1946. soy hijo de un viejo poeta chiapaneco y de una indígena tzotzil que a los 25 años me dio a luz, un año antes de su muerte. mi relación familiar se fue dando entre las veladas que mi padre organizaba con otros poetas y la calle, el primer cuadro de la ciudad, lleno de dolor, de arquitectura colonial, de mercados, de gente y también de basura, violencia, de miseria, de prostitución, de humo, de soledad, a mi padre le debo el amor la belleza, le debo también el sentido lúdico que tengo por la vida.
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su profundo sentido religioso se transforma en mí, a maera de ecuación matemática (la ley de los opuestos) en espíritu escéptico, desconfiado, inrédulo, mordaz, radical de izquierda en mi primer juventud, la adolescencia afirma mi vocación, trabajo y estudio, me doy tiempo, también, para hacer pandillerismo, en 1965 descubro casi por azar la escuela nacional de artes plásticas. me inscibí a la carrera de "pintor" aunque pronto me percaté de lo ocioso de algunas materias y centré mi atención en el trabajo de taller y las sesiones empíricas de discusión política y estética, de tal suerte, que nunca salí "titulado" como pintor aunque sí debo reconocer la profunda influencia que tuvo en mí el pintor antonio rodríguez luna, maestro cabal, me hizo amable la disciplina, me enseñó las virtudes del oficio y me ayudó a formar lo necesario para disfrutar gozosamente del fenómeno artístico.
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1968 se me atravezó, me tropecé con él y al caer encontré de frente al país, eran lo últimos tiempos de estudiante, san carlos era un centro de producción de propaganda política, milité árduamente, la represión de tlatelolco me dejó hondamente traumado y hubieron de pasar varios años antes de que pudiera tomar de nuevo un lápiz o un pincel. fueron años de duda y de miedo, de desesperanza.
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en 1969 fui preso por mi trabajo como activista en fábricas y escuelas, ingenuo afán de reiniciar un algo que no tenía claro.
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este libro es el reflejo de un medio ambiente de nuestra ciudad y el marco en el que se inscribe la exposición de dibujo y pintura que hoy mismo se inaugura y en la que pretendo recojer de los grafismos muchas veces clandestinos y anónimos, los gestos que se expresan a lo largo de la ciudad de méxico, en soportes accesibles solo a la rebeldía o a la neurosis urbana.
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dichos gestos no son siempre un reflejo consciente o justo, no obstante y contradictoriamente detentan una extraña (por lo menos hoy) belleza viceral, sujeta, sin duda, de angustia social.
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hoy, en todos los pueblos se dan y son un indicador preciso, material de obligada consulta de ecólogos e historiadores, artistas y semiólogos; esos gestos públicos los hago propios, me siento solidario con el (los) autor (es) de mil cabezas y mil bolígrafos, atrás de un obscuro baño público o en el muro de un barrio obrero y los relaciono con los míos. el resultado; productos enmarcados, colgados y exhibidos en las paredes de una galería. no ignoro la contradicción implícita, es sólo una más de la contigencia social, de la cual " si algo queda", es la fuerza expresiva de esas huellas cotidianas que emocionadamente he querido hacer propias. .
23/VIII/79
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versos y cuentos
recurrentes
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suasnávar
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reflexión
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desde el centro de mi cinismo
(limitado, habrá que aceptarlo)
aparecen las aves cantoras
(anacrónicas gallináceas éticas)
y los sedientos vampiros
de moralidad sedientos.
(filantropía de un alma
hipocondriaca)
hoy poy hoy 1979
soy un insolente, etílico amoral
discretamente reaccionario
con aspiraciones
pequeño proletarias.
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¡ a la basura!
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echo un puño...
se escuerre en silencio
el lamento del papel,
es el grito ahogado
de mis recuerdos.
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código ciervo
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detengo el húmedo caliente
de las mentiras
y me quedo en orgullo
con mis palabras.
juguetes amargos de la distancia,
ciervos amables de mis vinos,
buen conducto a mis poemas,
acervo de mis nostalgias
y tiempo justo de mis anécdotas.
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convicto y...
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de pronto el tiempo
aparece lentamente...
con su inquebrantable
terquedad...
con su vocación dictatorial,
con su carga lejana
de pasiones ininterrumpidas.
dictador con complejo de culpa:
el tiempo confieso mi cinismo irreconocible
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el gesto
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solamente en soledad
soy capaz de traspasar
lo límites del silencio,
¡¡¡aaagggh...!!!
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paisaje
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es un senitmiento aéreo,
la soledad es incalculable,
es precipitación del alma
al silencio,
es un diletante,
es la crisis del dipsómano,
es un paisaje,
son las casuales compañías,
es la magnífica capacidad del sol.
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14-11-79
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para c.a.
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¿desde dónde es tu silencio?
amiga mía...
desde cuándo lo habitabas sola.
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amante mineral
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para c.a.
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tu silencio es de sal
el agua es su casa,
marina nocturna
donde hemos decidido
hacer la vida.
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peatón
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para c.a.
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tu risa fresca
es y ha sido
el conducto
adecuado
para encontrar
tu íntima
tristeza.
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tomada primigenia
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a mi primer amor del que desgraciadamente
nunca supe su nombre
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era labios rojos.
cortina de metal.
ebrio aliento rancio
y una sonrisa cabronamente sutil.
a mis 12 años
no tenía otra alternativa.
(ni la quería).
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mujer sanfranciscada
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la poesía me parece
el mejor viaducto,
sucede en el entorno
de mi anatomía
está diseñada
(¿quién sabe por quién?)
en entradas y salidas a tu cuerpo,
ciudad sanfranciscada
de lomas y veredas
y buardillas ocupadas en silencio,
escodrijos culpables,
de rateros, de poetas
el misterio de la poesía
es el taxímetro del miedo.
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reencuentro
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mi lengua atropellada
no reconoció obstáculos
ni tu candor...
ni mis artificios.
¡ha lengua aventurera!
¡pubis nostálgico!
el reencuentro fue total
como el de dos viejos amigos
geométricamente consecuente,
simétricamente dados,
cabalmente lubicados
densamente amigos.
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poema
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para c.a.
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mar café
mujer
mi sexo
gaviota
entre cataratas, selvas
savia
y espuma
muy a la orilla,
en la costa tropical de tus deseos,
oí con claridad
el murmullo caliente
de tus alientos.
penetré
en
silencio...
como gaviota nochera
para después volar
volar.
volar muy alto,
muy dentro
simbiosos perfecta,
naturaleza cómplice
gaviota pescadora de sueños
que lentamente
se va dejando todo
te vas ausentando de ti
morir
dentro
del mar
es renacaer un poco
y segundo a segundo,
ternura a ternura,
beso a beso,
retomar
el vuelo
en esa sed infinita que nos invade
muy embravecido,
gaviota nochera.
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recuerdo
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para c.a.
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sé que me guardas
tatuado por dentro,
inscrito en tus víceras
calientes vivas y lejanas.
estaré en ti...
recorriendo tus complicadas
arterias
a través de tu cuerpo
atrás de tus uñas
en el centro de tu estómago
en las tres esquinas
de tu negro pubis
en el umbral del grito.
estaré en ti...
recorriendo, como sudor
tus espaldas,
besándote desde dentro
los pezones y las nalgas
seré, pues,
el motor más ágil
de tu ritmo íntimo.
sólo de noche, cuando duermas
retornaré a este cuerpo mío
para escribir un verso
y entonces... estoy seguro,
tú estarás conmigo.
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aspiraciones de un burócrata en duermevela
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para salvador camelo
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una vez que... -por fin-
haya destruido a toda
la humanidad,
que haya destruido
todo mi entorno,
después de estar seguro
de no tener recuerdos,
después de eso,
qué reparador será tener sueños
optimistas y amanecer
una vez más,
todos los días,
con espíritu triunfalista
y continuar la rutina...
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declaración
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prefiero el camino de la mierda
al asfalto de la demagogia,
es más corto para llegar a dios.
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el nivel
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amo el lejano bullicio
de las cantinas mexicanas,
(1er. cuadro de la ciudad)
me encanta el sonoro anclaje
del dominó
y las mentadas,
arquitectura
colonial
depósito de tristeza.
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conozco la terquedad del silencio
y como cliente asiduo de éste,
recorro las calles antiguas
nostálgicas avenidas del miedo.
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amo la soledad potencial
del parroquiano necio
hablador y ausente
y a su mundo reprimido
violencia burocratizada
fnantasía dependiente
del brutal reloj checador.
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testigo 1975
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mexicano:
llorador al tiempo
protagonista de
mil contradicciones,
de oscuros y leales
afectos perdidos
amable hacedor de magia
has sabido sufrir tu denso
peregrinar a la intemperie
astuto, inventor de sueños
de callado canto, viento en coro,
caras amargas atesorando odio,
tienes en el pasado
desconocido cómplice...
compañero consuetudinario
de tu nostalgia.
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zorrero
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a mi primer amigo
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admiraba y admiro,
a vulgaridad
del ladrón
por su capacidad
de improvisación,
y como ebanista del baile
le envidio su única
y suficiente razón.
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autorretrato
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de los que sudamos el alma
en la mierda revuelta
de tlaltelolco,
de los que tropezamos
cotidianamente con el sol
las madrugadas,
de los que apenas y sentimos,
de aquellos que se queman
en la última cruda
y su piel retoza en la nostalgia,
de aquellos de los que su sudor
se aceda,
de -esos- si me buscas
de esos soy yo.
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tristeza gozosa
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versos a mi amigo marco antonio ávila curiel, muerto estúpidamente
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recuerdo mis dramas
en tu bonhomía
y las niñas democráticamente
elegidas.
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tu primer borrachera
sentados a la orilla del miedo,
en la banqueta
con nuestros catorce años.
colgados de la vida
esperando la primer señal
a la aventura.
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ahora recuerdo a tu padre,
lejano y tu madre escrupulosa
y posesiva tu casa beige
y nuestra primer amante
compartida
tres veces más vieja
tres veces enloquecida
del semen adolescente
que consumía.
,
amigo entrañable
aquí te has quedado
que todo lo que toco y digo,
canto y amo
algo tienen que ver contigo.
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epitafio para un diálogo o catalina álvarez, amor.
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un día en medio de la muerte
me callé en todas las sombras
y enterré en necio rayo
el calor húmedo del llanto.
,
nada como la luz del miedo
nada como el azul cortando en las entrañas
el vulgar consejo del tiempo.
.
nada como andar a tientas
buscando el húmedo calor de la agonía
nada como cambiar tus versos
por la suave nostalgia de la ira.
.
¡ay mujer!
cuánto tiempo he pasado
en medio de tus huesos
recobrando todos los días
el olor caliente de tu cara
recorriendo tus cejas depiladas
y besándote en medio la mirada.
.
¿cuánto de azul tiene la palma de tus manos?
¿cuánto de ultramar?
bebimos el agua
desde donde los ríos
desde donde la aventura el grito
en las bardas ahogadas,
manifiesto hecho de prisa
reprimido volar contestatario
gargajo en el azul del pensamiento
azul instinto
azul del soconusco.
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y corrimos en las fuentes del trópico
y enterramos la mirada en la costera.
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¿cuántas veces saltaste entre brillantes opacos?
¿cuántas veces me has visto
corriendo entre lugares comunes?
.
¡ah mujer!
te recuerdo desdiciendo discursos
tus ojos cafés
más negros que la tristeza
instalada en el humor
en la misma dirección del llanto.
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un día en medio de la muerte...
recuperé tu piel de tamarindo
tus cafés caderas de morocha mexicana
tus manos crispadas gritándome
ahí me quede
ahí para siempre
ahí conocí los gritos que nunca he oído
y compartí las entrañas del fuego,
dador de luz,
bracero infinito,
hoguera del sol,
parto de muerte.
.
.
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