02 febrero 2010

FANTASÍAS Y REPRESIONES, UNA PROPUESTA DE SUASNÁVAR A LA IMAGINACIÓN

por: Humberto Pérez

En el mes de febrero de 1987, en el Salón Nacional de Artes Plásticas del Palacio de Bellas Artes, Manuel Suasnávar, pintor y poeta, chiapaneco por “ligazón” familiar, expuso dos muestras de su obra pictórica en un primer nivel, es decir, como artista con más de siete exposiciones individuales en el país. Por esto, Perfil presenta esta semblanza y algo de la obra del artista.

Después de dos o tres citas pospuestas, Manuel nos platicó acerca de su vida. Lo encontramos en la azotea del edificio de departamentos donde él vive, lavando sus utensilios de trabajo, vestido con pantalón corto y huaraches, con el pelo revuelto y su barriga cervecera al aire. Eran las 10 y el calor arreciaba.

Instalado en la sala de su departamento, rodeado de libros, discos, artesanías nacionales y parte de su obra en la pared, iniciamos la conversación: “Nací en el Distrito Federal en e1946 y soy hijo de dos chiapanecos, de ahí mi ligazón con el estado”, confesó con respecto a su origen. A la edad de 21 años, Manuel ingresó a la Academia de San Carlos y permaneció en sus aulas hasta 1969. Los trágicos eventos del 68 dejaron profunda huella en su persona ya que lo hicieron tomar conciencia de la realidad política y lo motivaron a la participación. El primer resultado de esta situación provocó una desesperanza con la que el pintor afirma está marcada toda su generación. “Los valores se resquebrajaron y empezaron a perder sentido los términos éticos del poder y los términos morales de la sociedad”, afirmó por el recuerdo de esa etapa marcada por la rebeldía juvenil a nivel internacional. El rock de los Beatles saturaba el ambiente y el boom latinoamericano de literatura se expandía, pero la llamada “escuela mexicana de pintura” devenía en demagogia, es por esto que surgieron nuevas formas de expresión plástica. En esos años, un grupo de alumnos de San Carlos entre los que se encontraba Suasnávar organizó la primera exposición de arte abstracto de dicha escuela con el fin de cuestionar el sistema de enseñanza vigente, propiciando a la larga, cambios académicos. Poco tiempo después de egresar de San Carlos montó su primera exposición, titulado El pensamiento mágico de la pequeña burguesía, que “en un tono irónico, crítico y mordaz” reunió acrílicos muy cercanos al arte pop. Después “alejándome de la realidad inmediata, realicé El paisaje submarino, una especie de obra lírica en tanto el color, la forma, la densidad y el movimiento”. Dibujo y pintura de Manuel Suasnávar se llamó otra de sus exposiciones y fue organizada por la Universidad Nacional Autónoma de México en 1973. En el año de 1890, el Consejo Nacional de Recursos para la Atención de la Juventud (Crea) montó en sus instalaciones de la ciudad de México Testimonios anónimos, “una de las más interesante hasta este momento ya que planteó una tesis de carácter político con un lenguaje novedoso que marcó una pauta”. Ya en los ochenta Suasnávar observó la viva manera de expresión de la ciudad, un lenguaje sórdido que refleja la neurosis capitalina y que “se encuentra en los gestos gráficos anónimos de las calles”; vio en ellos la rebeldía y el rencor juveniles que él no podía explicar con claridad y al mismo tiempo notó la capacidad de abstracción de los pueblos que viven condiciones adversas.

En 1981 viajó a Europa y allá vivió a su país “en perspectiva”, sintió qué tan mexicano era, qué tan latinoamericano y en qué medida su manera de percibir el mundo podía ser universal. Se confrontó con antiguas culturas y con visiones decadentes al mismo tiempo que con los pensamientos más aventurados y, en ocasiones, autodestructivos. Radicó en Milán, donde estudió posgrado en comunicación visual. En 1982 regresó a México, “una ciudad inmensa y pavorosa” y allí decidió venir a radicar a Chiapas, donde ha expuesto en dos ocasiones: La piel del infinito, en el vestíbulo del Congreso del Estado y Apuntes, en la Galería Universitaria.

Los cuadros que Manuel pinta se venden en México y el extranjero. Parte de su obra pertenece a colecciones privadas como las de la Ford Motors Company, la Universidad del Sagrado Corazón de Milán, la General Motors of Mexican Collection, el Organismo Internacional de Promoción de la Cultura en México, el presidente Miguel de la Madrid, la gobernadora Beatriz Paredes, la senadora Silvia Hernández y la Universidad Nacional Autónoma de México.

Pero Suasnávar no sólo es pintor, también ha escrito tres libros que han sido publicados, éstos son Versos y cuentos recurrentes; Testimonios y demonios y La piel del infinito. Actualmente trabaja en otros dos que piensa titular Los místicos colores de un crimen y Diversos poemas. En 1924 fue director del periódico La voz del pueblo en Tuxtla Gutiérrez. El 30 de mayo de 1985 se publicó su primera colaboración como crítico de artes plásticas en el suplemento Diorama de la Cultura de diario Excélsior. Ha escrito crítica para galerías y ha trabajado en instituciones gubernamentales como la Secretaría de Educación y Cultura en Tuxtla Gutiérrez. Fue catedrático de la Escuela de Diseño y Artesanías (ahora Escuela Nacional de Diseño) en 1973 y de La Esmeralda en el taller de experimentación en 1976. En la academia de San Carlos, además de maestro, fue coordinador de 1977 a 1980. Suasnávar ha representado a México en congresos internacionales. Participó en la Reunión Internacional para los Medios de Comunicación con la Niñez y la Adolescencia en La Habana, Cuba, en julio de 1982. Trabajó en el Consejo Nacional de Recursos para la Atención de la Juventud como jefe del Departamento de Comunicación Social. Ha recorrido casi toda la geografía del continente europeo.

Actualmente, Suasnávar prepara un lote de 40 piezas, todas orientadas en el sentido de la pintura fantástica, simbólica, con una técnica muy depurada influenciada por el hiperrealismo italiano y por el expresionismo alemán. “Es una propuesta a la imaginación. Se trata de que al mismo tiempo que doy salida a mis propias necesidad oníricas, los espectadores encuentren un buen pretexto para jugar con sus propias fantasías y represiones”, expresó el pintor unos momentos antes de que empezáramos a beber las primeras cervezas del día.

Retomado de la revista Perfil del sureste. Vol. I, Año I, No. 5, Nov-Dic, 1987.

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